“El Diablo en el Cuerpo”

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“¿El egoímo de los niños es tan distinto del de los mayores?. Durante el verano, en el campo, maldecimos la lluvia, mientras que los labradores la bendicen”.

“La etiqueta de la nobleza es bastante sencilla, como todo lo aristocrático. Pero anda resulta, por el contrario, tan enigmático como el protocolo de la gente modesta”.

“Creía tener razones profundas y pensaba que, después de todo lo que había pasado, una conversación tan alejada de nuestras inquietudes comunes sólo podía romper el encanto”.

“Llevé mi malicia hasta el extremo de hacerles oír lo que hubiesen deseado que escucharan los otros”.

“Permanecíamos inmóviles. La felicidad debe ser así”.

“El que ama termina por irritar al que no ama”.

“El poder se manifiesta tan sólo cuando se utiliza injustamente”.

“El instinto de semejanza es la única norma de conducta que no es artificial”.

“El instinto nos guía; y es un guía que nos conduce a la perdición”.

“Mi corazón tenía una edad en que todavía no se piensa en el porvenir”.


“Ya no pensaba ni siquiera en mis amigos; al contrario, les tenía aprensión porque creen que nos hacen un gran favor desviándonos de nuestro camino. Afortunadamente, juzgan siempre a nuestras amantes como insoportables e indignas de nosotros. Y ésa es nuestra única tabla de salvación. Cuando deja de ser así, pueden pasar a convertirse en sus amantes”.

“Nada absorbe tanto como el amor. No es que se sea perezoso, sino el hecho de que estar enamorado implica pereza. El amor advierte de forma confusa que su único sustituto real es el trabajo. Por eso, lo considera como un rival… Pero el amor es pereza bienhechora, como la suave lluvia ligera que contribuye a la fecundidad”.

“El sabor del primer beso me había decepcionado, como la fruta que se prueba por primera vez. Los mayores placeres no están en la novedad sino en la costumbre”.


“Los objetos más cotidianos son los que más nos cuesta reconocer si los colocamos en otro sitio”.

“Nada más delicioso que aquella inesperada intimidad entre personas que apenas se entienden”. 


Raymond Radiguet

sábado, 11 de diciembre de 2010 en 17:01

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