Los “dioses” de la antigua Sumeria.

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Este artículo forma parte de una serie dedicada a seguir las pistas que pueden haber ido dejando, hasta nuestros días,  los “dioses” que dominaron de una manera directa los destinos de la humanidad durante muchos milenios. Y que aparentemente, hace unos 3  mil años, desaparecieron de la faz de la Tierra. ¿A dónde fueron? ¿Todavía sobreviven sus descendientes y herederos? En este artículo, aparte de los textos que sobrevivieron a las destrucciones y a otros vestigios encontrados,  nos concentraremos en evidencias simbológicas y lingüísticas. Sé que algunas afirmaciones en este artículo podrán parecer fantásticas. No pretendo convencer a nadie de algo que todavía está en el entorno de las hipótesis, basadas, esto sí, en múltiples evidencias. Pero si que creo interesante que os fijéis en los hechos y luego saquéis vuestras propias conclusiones, que pueden diferir de las mías.
Cuando, después del último gran cataclismo, el famoso Diluvio Universal,  las aguas se retiraron, los sobrevivientes bajaron de las montañas o salieron a la superficie desde el interior  de la Tierra, estableciéndose en las tierras bajas e iniciando una labor de reconstrucción. En esta época es cuando aparecieron súbitamente las avanzadas civilizaciones de Sumer,  Egipto y del valle del Indo. Aunque ya habían existido antes del Diluvio, fueron de nuevo reconstruidas.

Después de la manipulación genética por parte de los “dioses” anunnaki, se había creado el Homo Sapiens. Y el principal centro de este nuevo  linaje era la ciudad de Babilonia, en el sur de Sumer,  junto al río Eufrates. Las evidencias indican que la fundación de Babilonia fue anterior a lo que se supone y fue una de las primeras ciudades de la era post-diluviana. Y fue en esta ciudad donde se crearon las primeras escuelas de misterios y sociedades secretas que iban a influir significativamente en el devenir de la Humanidad.  Todo parece indicar que algunas de las más influyentes sociedades secretas actuales son los herederos de la Hermandad Babilónica, que crearon los “dioses” después del Diluvio. Y fue en Babilonia, hace unos 6.000 años, donde  se crearon las bases de las distintas religiones.


Según los textos antiguos y las leyendas, el fundador de Babilonia fue Nimrod (o Nemrod),  que reinaba con su esposa, la Reina Semíramis. Nimrod parece que era un tirano muy poderoso y uno de los gigantes que se relatan en las tradiciones. Se cree  que después del Diluvio fue Nimrod el que reconstruyó la impresionante mega estructura en Baalbek,  Líbano,  con sus enormes bloques de piedra. Parece que su reino llegaba hasta la región que es ahora Líbano y, según el Génesis, los primeros centros del reino de Nimrod eran Babilonia, Acadia y otros en la región de Shinar (Sumer). Después se expandió hacia Asiria construyendo ciudades como Nínive,  donde fueron encontradas la mayoría de las Tablillas Sumerias, en las que hallamos gran parte de la información de aquella época.



Los reyes Nimrod y Semíramis eran de linaje annunaki y formaban parte de la conocida como raza de Titanes. Esta raza de gigantes se decía que eran descendientes de Noé, descrito en el Libro de Enoc como fruto de las relaciones entre un “dios” y un  humano y con piel sumamente blanca. El padre de Nimrod en el texto del Génesis era Cush, también conocido como Bel o Hermes, que significa Hijo de Ham, y que era nieto de Noé e hijo de Ham o Khem, que significa “el quemado” y que podría haber estado relacionado con la adoración del Sol.
En Babilonia surgió una gran red de “dioses”, que también tenían conexiones con Egipto. Nimrod y Semíramis han tenido el gran honor de ser reconocidos como los “dioses” más importantes  de la Hermandad de Babilonia y han sido venerados hasta la actualidad bajo muchos diferentes nombres y símbolos. Nimrod fue simbolizado como un pez (ver artículo sobre dioses pez) y la Reina Semíramis como un pez y una paloma. Semíramis es probable que sea el nombre simbólico de la “diosa” sumeria Ninkharsag, la creadora del Homo Sapiens, junto con Enki.  Nimrod era el dios-pez Dagon, que fue retratado como mitad hombre y mitad pez.  Pero hay cierta evidencias de que esta imagen en realidad representa a un ser mitad reptil y mitad humano. La Reina Semíramis también era simbolizada como un pez porque los babilonios creían que el pez era un afrodisíaco y se volvió el símbolo para la diosa del amor. Probablemente aquí tiene sus orígenes el uso del pez en el simbolismo y la arquitectura cristianos.

Según una leyenda, Semíramis fue hija de una diosa siria llamada Derceto, con rostro de mujer y cuerpo de pez, que la abandonó en el desierto para que pereciese. Unas palomas se cuidaron de alimentarla y un pastor llamado Simas la recogió. Años después, fue la fundadora del imperio babilónico. Cuando tuvo la edad suficiente se casó con Oannes (Nimrod), oficial de Nino y gobernador de Siria, a quien siguió en la campaña emprendida por aquel monarca. Determinó  la toma de Bactres por su importancia y poco tiempo después se casó con el mismo Nino, de quien se desembarazó más tarde haciéndole asesinar. Dueña absoluta del imperio asirio fundó, en la zona pantanosa del Éufrates, la más bella y célebre ciudad de Oriente y del mundo, Babilonia, a la que rodeó de muros y de fortificaciones inmensas y adornó con palacios suntuosos y jardines colgantes, que están considerados una de las maravillas del mundo.
En seguida dieron comienzo sus conquistas triunfales de Persia, Armenia y Arabia, países ya subyugados por Nino, pero que habían recobrado su independencia. Poco tiempo después incorporó a Egipto, Libia y toda el Asia hasta el Indo y después de un reinado glorioso de cuarenta y dos años renunció a la corona en favor de su hijo Ninias (o Ninus) y desapareció del mundo, siendo transportada al cielo en forma de paloma (¿??).
 
Por lo indicado anteriormente, Semíramis también fue retratada como una paloma que sostenía una rama de olivo. Y el propio nombre Semíramis significa “portadora de la rama“, que tiene una cierta coincidencia simbólica con la historia de Noé y el Diluvio, cuando la paloma volvió portando una rama de olivo. ¿Significaba el regreso de los anunnaki después de la inundación? También el nombre de Semíramis deriva de una anterior deidad india: Sami Rama- isi o Semi- ramis. Y curiosamente todavía se utilizan ampliamente en distintos rituales, especialmente el religioso, los símbolos del pez y la paloma, aunque la mayoría de la gente ignora su verdadero significado. Semíramis fue llamada la Reina del Cielo (o Rea), la Madre Virgen de los Dioses, y a veces conocida como la Gran Madre de la Tierra (Ninkharsag). También era venerada bajo el nombre de Astarte “la mujer que hizo torres” y esto tal vez podría referirse a la Torre de Babel, en Babilonia, que parece fue construida por Nimrod.
Por ejemplo, aún hoy en día puede verse la paloma sobre muchos de los cetros reales.  Como la paloma simboliza a la Reina Semíramis, ¿podría esto interpretarse como algún tipo de relación entre algunas casas reales con la antigua Hermandad Babilónica?  Por otro lado, la flor de lis, símbolo de la trinidad babilónica de Nimrod, de la Reina Semíramis y de Tammuz, también es utilizada actualmente, siendo una de las cuatro figuras más extendidas de la heráldica, junto con la cruz, el águila y el león. Existe la leyenda de la Sagrada Ampolla, la cual cuenta que el día del bautismo y coronación del rey franco Clodoveo I, en la Catedral de Reims, llegó desde el cielo la Sagrada Ampolla transportada por una paloma hasta las manos del Obispo San Remigio, con un ramillete de lirios (esto es: flores de lis) conteniendo el óleo para ungir y santificar al rey, significando así que su autoridad era de origen divino.
 
La corona de los reyes evolucionó a partir del casco con cuernos usado por Nimrod. Los cuernos simbolizaban la autoridad del monarca y después se volvieron una diadema de metal con tres cuernos simbolizando el poder real con autoridad divina. Esto es representado por el símbolo que antes hemos indicado de la flor de lis, que curiosamente todavía puede verse en insignias reales de gran parte de la realeza actual. También podemos ver representaciones de flores de lis en las rejas y vallados de grandes y lujosas mansiones. Las evidencias parecen indicar que a la antigua jerarquía real de los “dioses” se les representaba como alados y con cuernos, lo cual es el origen de los ulteriores tocados con cuernos de la realeza antigua. También es digno de mención el hecho de que al diablo también se le represente con cuernos.
A Nimrod le fue dado el título de Baal (el Señor) y a Semíramis se la llamaba  Baalti (Mi Dama). El término latín para mi dama es Mea Domina que en su forma italiana distorsionada se convirtió en Madonna. Nimrod era representado como dios padre y como Ninus, el hijo de Semíramis.  Y la rama de olivo simbolizaba a este hijo producido mediante un alumbramiento virginal. Ninus era también conocido como Tammuz,  que se decía había sido crucificado con un cordero a sus pies y enterrado en una cueva. Cuando tres días después una roca fue apartada rodando de la entrada de la cueva, su cuerpo había desaparecido. ¡Sorprendente coincidencia con los relatos bíblicos!
 
Nimrod, Semíramis  y Ninus / Tammuz se convirtieron en Osiris, Isis y Horus, los personajes mitológicos egipcios  y también en sus equivalentes mitológicos en India, Asia, China y otras partes del mundo. Más recientemente, y basándonos en las muchas coincidencias,  ¿tal vez podríamos pensar que sirvieron de modelo a la referencia bíblica de José, María y Jesús?
Todo parece indicar que los mitos y el simbolismo babilónicos suministraron los fundamentos para las religiones más importantes, especialmente el Cristianismo. A este efecto es significativo observar que el Papa todavía usa una mitra con una cabeza de pez y el anillo del Pescador. ¿Para simbolizar a Nimrod? También se afirma que Hércules era otro nombre para Nimrod, antes de volverse una deidad de los griegos.

El Papa León XII autorizó la producción de una medalla de jubileo que representaba a una mujer con claras similitudes  con la Reina Semíramis. Tenía un crucifijo en su mano izquierda, una taza en su derecha y sobre su cabeza portaba una corona de siete rayos, como la de la Estatua de la Libertad, otra representación de Semíramis que fue regalada a Nueva York por francmasones franceses.
Nimrod era también Eannus, el dios con dos caras, que fue después conocido por los romanos como Jano. Era descendiente de uno de los principales anunnaki, Enki, el “dios serpiente“, que también era conocido como Ea. El águila masónica con dos cabezas que miran a la izquierda y a la derecha, el este y oeste, es simbólica de Nimrod en el papel de Eannus, y parece que el águila es un símbolo de los seres alados. Eannus se decía que tenía las llaves de las puertas del cielo y era el único intermediario entre Dios y la humanidad, por lo que cualquier creencia no apoyada por él era falsa y debía ser condenada. Esto era un arma poderosa en manos de los sacerdotes babilónicos para imponer su voluntad al pueblo.
 
El título de cardenal viene de la palabra “cardo“, que significa bisagra, y se relaciona con el papel de Nimrod como guardián de la puerta del cielo. Los sacerdotes babilónicos establecieron un organismo dirigente al que llamaron Gran Concilio de Pontífices, un nombre similar al que adoptó la Iglesia de Roma. El Sumo Sacerdote Babilónico, que instruía a los iniciados del máximo grado, era conocido nada menos que como Pedro,  “el gran Intérprete“. Y sorprendentemente, la fiesta de San Pedro se celebraba tradicionalmente en el día en que el Sol entraba en  Acuario, el mismo día que se honraba a Eannus y Jano. En la religión babilónica, mientras las masas eran mantenidas en la ignorancia, a los iniciados elegidos se les daban los conocimientos, pero con la amenaza de pena de muerte si alguna vez los revelaban. De este modo las verdades sobre la vida, el potencial humano y  la historia  fueron conocidas sólo por unos pocos.
El sacrificio humano formaba parte de los ritos en la religión de Babilonia y la Hermandad Babilónica y sus herederos lo siguieron practicando. Como ejemplo de ello, a los sacerdotes babilónicos se les exigía comer carne de las victimas de sus ofrendas y por esta razón la denominación de sacerdote, Cahna – Bal, se convirtió en la palabra caníbal. Moloch, el terrorífico “dios” alado, era otro nombre para Nimrod o Tammuz. Tam significa “perfeccionar” y muz significa “quemar“, por lo que puede verse el simbolismo de Tammuz – Moloch en los rituales de quemar a victimas en honor de esta deidad. El ritual de Beltane, realizado por los druidas en la fecha del primero de mayo, consistía en una horrible quema de niños en la barriga de una inmensa efigie. Esto fue heredado de los babilonios cuando la Hermandad de Babilonia se expandió a través de Europa.

La Fiesta de Tammuz era en 23 de Junio y celebraba su ascensión desde el inframundo. Cuando fue resucitado, Tammuz fue conocido como Oannes, el dios pez, y Oannes es curiosamente una versión del nombre de Juan. Por esta razón, Juan ha sido usado como un símbolo para Tammuz – Nimrod en personajes simbólicos como Juan el Bautista. Y para corroborarlo, vemos que el 23 de Junio, la Fiesta de Tammuz, se convirtió en la verbena de San Juan. La dupla Nimrod – Semíramis ha sido representada con innumerables nombres. Las deidades mitológicas en todo el mundo pueden parecer un complejo rompecabezas  de nombres, pero realmente son diferentes nombres para las mismas dos deidades.
Otra deidad usada en los sacrificios es Kronos, el rey de los Cíclopes en la leyenda griega. Era conocido como el constructor de torres y es casi seguramente otra versión de Nimrod, el constructor de la Torre de Babel bíblica.   Otro pasaje en el Libro de Enoc habla de los Elohim (que significa Observadores) reproduciéndose con mujeres humanas y el comportamiento de los hijos que produjeron: “Y se pusieron embarazadas, y llevaron grandes gigantes…. quienes consumieron todas las adquisiciones de los hombres. Y cuando los hombres no podían mantenerlos más, los gigantes se volvieron contra ellos y devoraron la humanidad. Y empezaron a pecar contra aves y bestias, y reptiles, y peces, y a devorar la carne unos a otros y beber sangre. La Tierra formuló la acusación contra los sin ley.” . De ahí probablemente vengan los cuentos de los ogros gigantes y las aventuras de Gulliver. Y ese pasaje describe los descendientes de los “dioses” sumerios que se supone fundaron la Hermandad Babilónica.
 
Tres de los elementos básicos en la religión babilónica eran el fuego, las serpientes y el Sol. En lo que respecta a nuestra estrella, durante toda la historia se ha venerado al Sol por sus aportaciones de calor y luz para posibilitar la vida en la Tierra. Sin embargo, todo parece indicar que la Hermandad de Babilonia y otros grupos afines, con conocimientos avanzados, se centraron en el Sol por otras razones. Conocían la verdadera naturaleza del Sol como un tipo de conciencia multidimensional que ejerce su influencia en el sistema solar mediante frecuencias invisibles. Incluso en esta dimensión física, las emisiones de energía magnética del Sol nos están afectando constantemente.
El Sol tiene un diámetro de aproximadamente 1.390.000 km y contiene aproximadamente el 99 % de la materia existente en el sistema solar. Es como una inmensa bola de energía que trabaja como una bomba nuclear y cuya  temperatura interna puede llegar a la increíble cifra de 14 millones de grados centígrados. Gira más rápido en el ecuador que en los polos y por lo tanto la actividad del campo magnético del Sol es realmente colosal.
 
El investigador Maurice Cotterell ha hecho un largo y detallado estudio sobre la actividad de las manchas solares y de las erupciones solares cuando el Sol está proyectando energía magnética enormemente poderosa. Esto ha sido fotografiado como gigantescos bucles de fuego, algunos de 160.000 km de alto. Esta energía viaja a la tierra en el viento solar y puede afectar sistemas de computadoras y causar cortes de energía. De no ser por los cinturones de Van Allen, las zonas de radiación que rodean el planeta y que se conectan con el campo magnético de la Tierra, la energía del Sol literalmente nos freiría.
Maurice Cotterell estudió los ciclos de las manchas solares y estableció ciclos breves, largos y grandes de actividad solar. Cuando la investigación de Cotterell ya estaba avanzada, conoció el sistema matemático dejado por el antiguo pueblo maya en América Central. Los mayas afirmaron deber su origen a los “dioses” y hablaban de una isla perdida como de su antiguo hogar. Sus sistemas matemáticos y astronómicos, así como su medición del tiempo, increíblemente exactos, fueron heredados de culturas mucho más antiguas y, en última instancia, supuestamente de seres extraterrestres. Maurice Cotterell estaba sorprendido de que los ciclos mayas de la evolución humana se correspondiesen tan notablemente con sus ciclos de las manchas solares y de las emisiones magnéticas.
Esto es perfectamente explicable, ya que todo es energía (ver en este blog  el artículo “La física moderna, ¿debe algunos de sus conceptos a civilizaciones remotas?”). La vida es la interacción de campos vibratorios magnéticos y si se cambia el magnetismo se modifica la naturaleza del campo de energía. Y si se cambia el campo de energía también se cambia la naturaleza de la vida mental, emocional, espiritual y física, que son energía en diferentes formas. Los otros planetas también afectan el campo magnético de la Tierra cuando giran alrededor del Sol. Esto forma parte de lo que llamamos astrología. Cotterell también cree que somos afectados más poderosamente por estos campos cuando somos concebidos que cuando nacemos.
 
Sus investigaciones le llevaron a creer que la actividad de las manchas solares se correspondía con los ciclos de fertilidad humanos y con el surgimiento y decadencia de grandes civilizaciones e imperios. Los científicos también han descubierto que los humanos tenemos un reloj interno que está sincronizado con el Sol y que su efecto sobre la vida humana es fundamental, más allá de su aportación de calor y luz. Los “dioses” de la antigüedad sabían esto y por esta razón el Sol era visto con cierto temor. En realidad es el corazón físico y espiritual del sistema solar y llegó a simbolizar al creador, particularmente los aspectos masculinos de la fuerza creativa “Él Que Es La Luz Del Mundo“.
Estos conocimientos del Sol son un tema importante en nuestro viaje a través de la Historia. Los antiguos usaban constantemente al Sol y su simbolismo astrológico en sus historias y algunos de los nombres para sus dioses fueron utilizados para simbolizar el Sol y los planetas. Y dilucidar lo que qué es real de lo qué es simbólico es bastante complicado. Asimismo es posible que el término “Dios del Sol” haya sido empleado para simbolizar a los “dioses” extraterrestres, de quienes se decía en los textos antiguos que tenían rostros que brillaban como el Sol  (“los que brillan”). Imaginemos el poder que tendría alguien que  conociera los ciclos de la energía del Sol y de los otros planetas, así cómo de que manera pueden afectar a la conciencia humana. Podrían manipular la raza humana. Pues bien,  se supone que la Hermandad Babilónica poseía  estos conocimientos.
La Hermandad Babilónica se expandió por gran parte de Oriente, especialmente por Egipto. Y posteriormente se introdujo en  Europa y América. A este efecto, es conveniente recordar que la Corte Real del Dragón fue fundada por los sacerdotes de Menes, en Egipto, alrededor del 2.200 a.C. Se dice que la escuela hermética del Faraón Tutmosis III, que reinó alrrededor del año 1.450 a.C, era la heredera de la original Corte del Dragón. Posteriormente, fue ratificado por la 12ª dinastía de la Reina Sobeknefru como Soberana de la Orden Sacerdotal, para ser llevada desde Egipto a los Reyes de Jerusalén y a los Príncipes del Mar Negro, en Scythia. Hace alrededor de 600 años, el Rey Segismundo de Hungría reconstituyó la Orden, que existe hoy día como La Corte Imperial y Real de la Soberanía del Dragón, bajo los auspicios de la Casa de Anjou.
Según Laurence Gardner, el nombre de Drácula significa “Hijo de Dracul” y fue inspirado por el Príncipe Vlad III de Transilvania y Valaquia, un Canciller de la Corte del Dragón en el siglo XV, cuyo padre fue llamado Dracul en la corte. Y curiosamente Dracul significa Draco (dragón o reptil). Dondequiera que fueron, la Hermandad Babilónica creó sus propias escuelas de misterios y algunas de estas evidencias podrían trazar su ruta.

Se cree  que los niveles más altos de estas estructuras piramidales comunicaban los conocimientos más avanzados a aquellos que servían a su programa. Y otras escuelas de iniciación existentes parece ser que fueron infiltradas y tomadas por los herederos del sacerdocio babilónico. Se sabe que han existido escuelas de misterios desde hace  muchos miles de años, y que son utilizadas para pasar conocimientos avanzados a aquellos que la jerarquía y los sacerdotes deciden que son suficientemente aptos. En su libro “Los Amos de la Sabiduría”, J. G. Bennett explica que el conocido místico ruso Gregori Gurdjieff le dijo que las escuelas de misterios se remontaban hasta unos 40 mil años de antigüedad. Y Gurdjieff dijo que lo había aprendido observando pinturas rupestres encontradas en los Montes Cáucasos y en Turquestán
Manly Palmer Hall,  autor canadiense sobre ocultismo, mitología y religiones, escribió: “Mientras la elaborada magia ceremonial de la antigüedad no era necesariamente malvada, surgieron de su perversión varias escuelas falsas de brujería, o magia negra, (en Egipto)…. Los magos negros de Atlántida continuaron ejercitando sus poderes sobrehumanos hasta que habían socavado y corrompido totalmente la moralidad de los primitivos misterios…. Usurparon el puesto antes habitado por los iniciados, y se apoderaron de las riendas del gobierno espiritual. Por lo tanto, la magia negra determinó la religión estatal y paralizó las actividades intelectuales y espirituales del individuo exigiendo su completa e inmediata aquiescencia en el dogma formulado por la casta sacerdotal. El faraón se volvió una marioneta en manos del Concejo Escarlata – un comité de hechiceros llevados al poder por el sacerdocio.”

La Tierra de los Dioses en el mundo antiguo apareció en los Montes Cáucasos, Sumer, Babilonia, y Egipto. Pero también había otros pueblos avanzados en otras partes del mundo.
Los magos negros,  que Hall dice que estaban en la Atlántida,  posiblemente fueron los inspiradores de la Hermandad Babilónica y de una red de sociedades secretas que la han sucedido.  En los niveles más altos de esta red conocen el  poder del Sol, el magnetismo, la mente,  el efecto de los planetas sobre el comportamiento humano y, lo que es más importante, probablemente sepan cómo manipular el tiempo, la conciencia, la energía o el clima. Usados inadecuadamente estos conocimientos pueden ser tremendamente destructores y manipuladores.
También es posible que, a través de estas sociedades secretas, se hayan creado algunas instituciones como las religiones, para evitar que la gente corriente pudiese acceder a este conocimiento. Por ejemplo, la tristemente conocida Inquisición podría haber servido a estos objetivos, ya que la simple mención a temas esotéricos implicaba la tortura y ejecución. Por otro lado, cuando las religiones tomaron el control de un país, los textos y registros antiguos fueron destruidos. Esto permitió que fuera escrita una historia alternativa que ha desconectado a la humanidad de sus orígenes. Controlar la Historia es tan importante porque manipulando el pasado se influye en el presente.  Y cuando se establecieron nuevas sociedades, los sacerdotes e iniciados de la Hermandad ocuparon los puestos de poder y se aseguraron de que cualquier conocimiento avanzado no fuese conocido por la gente normal, pero sí por sus escuelas de misterios y sociedades secretas.
Después del Diluvio, los “dioses” bajaron de los  Cáucasos y de las montañas de Irán y Kurdistán para instalarse en Egipto, Israel, Palestina y lo que ahora llamamos Jordania, Siria, Irak, Irán y Turquía, y volviendo a subir hasta los Montes Cáucasos. Significativamente fue en esta misma región en que surgieron las religiones principales de todo el mundo. En las épocas más tempranas, las civilizaciones de Sumer, Babilonia y Asiria estaban en el área de lo que hoy llamamos Irak, mientras que Turquía era conocida como Asia Menor y Persia. Y a este respecto, deseo hacer una reflexión: ¿Por qué los poderes actuales están focalizando tanto su atención hacia esta zona? ¿Se intenta hacer desaparecer vestigios comprometedores?

Richard Laurence, el Arzobispo de Cashel, que tradujo desde el etíope la primera edición en inglés del Libro de Enoc, determinó que el escritor del texto tuvo que haber vivido en la región del Cáucaso y no en Palestina, como la mayoría de los expertos creían. Y el texto original del Libro de Enoc es mucho más antiguo que el Libro de Noé.  Parece que en la región del Cáucaso es dónde aparecieron los principales linajes resultado de las relaciones entre “dioses” anunnaki y humanos, básicamente de raza blanca, también conocidos en algunos estudios como raza aria. A medida que la raza aria se expandió por nuevos territorios fue conocida con diversos nombres, entre los que figuran los hititas y los fenicios.
Posiblemente había otros asentamientos arios fuera de esta región, como en  Gran Bretaña  o el Continente Americano. Pero esta región montañosa alrededor del Cáucaso, bajando hacia las llanuras de Sumer y Egipto es clave para conocer la verdadera historia de la humanidad durante, al menos, los últimos siete mil años.  A este respecto es digna de mención la referencia a la gente blanca como “Caucásica“. Incluso, según la Historia oficial, hubo una raza blanca aria en la región de los Montes Cáucasos, que migró hacia el valle del Indo alrededor del 1550 a.C y creó lo que hoy se conoce como la religión hindú. Fue esta misma raza aria la que introdujo el antiguo lenguaje sánscrito en la India, así como las historias y los mitos contenidos en los libros sagrados hindúes, los Vedas.

L. A. Waddell, en su investigación de esta raza aria, descubrió que el padre del primer rey ario histórico de India (registrado en el Mahābhārata, la gran narración de la guerra de los Bharatas y la gran epopeya mitológica de la India) fue el último rey histórico de los hititas, Shubiluliuma II. La Historia de los hititas es la de un pueblo de la Antigüedad asentado en la península de Anatolia. Alrededor del siglo XVIII a. C. fundaron un reino con capital en Hattusas, que, con el tiempo, llegó a convertirse en una de las grandes potencias de Oriente Próximo, junto a Mitani, Egipto y Asiria, abarcando, en el momento de su máxima expansión (siglo XIII a. C.), prácticamente toda Anatolia y partes importantes de Chipre, Siria y Mesopotamia. Los hititas desaparecieron bruscamente de la historia durante la embestida de los pueblos del mar, aproximadamente en el año 1200 a. C.
Los Pueblos del Mar es el nombre dado por Emmanuel de Rougé a una serie de pueblos de la Edad del Bronce que migraron hacia Oriente Próximo durante el 1200 a. C. Navegaban por la costa oriental del Mediterráneo y atacaron Egipto durante la dinastía XIX y especialmente en el año octavo del reinado de Ramsés III, de la dinastía XX. Pero, ¿quiénes eran estos Pueblos del Mar y por qué hostigaban de tal manera a los países circundantes?
A día de hoy, se identifican como Pueblos del Mar varios grupos heterogéneo de diferentes pueblos casi desconocidos por la Historia, tales como los Shardana, los Lukka, los Akawasha, los Teresh, los Shekelesh, los Peleset, los Tjeker, los Denyen y los Weshesh. Existen escasos documentos sobre quiénes eran los Pueblos del Mar, dónde y cómo actuaron. Por otro lado, los antiguos textos suelen narrar la historia parcialmente. La arqueología ayuda a comprender situaciones que pueden contradecir a los textos, pero los datos de las excavaciones son escasos en este sentido.

Tradicionalmente, la historia hitita se ha divido en tres partes: el reino antiguo, donde los hititas edificaron un poderoso reino; el reino medio, una etapa bastante oscura y con cierta decadencia de la fortaleza hitita; y el reino nuevo, donde los hititas alcanzan la categoría de imperio y su máxima expansión. No obstante, en la actualidad se dispone de suficiente información para desechar la existencia del reino medio, prefiriéndose hablar de una etapa oscura o de decadencia, anterior al reino nuevo.
Los arios hindúes veneraron al Sol como el dios padre Indra, y los hitita fenicios llamaban a su dios padre Bel por el nombre de Indara. Bajo diversos nombres este mismo pueblo ario también se estableció en Sumeria, Babilonia, Egipto y Asia Menor, ahora Turquía, y otros países del Próximo Oriente, llevando consigo las mismas historias, mitos, y religión. Esta es la razón por la que todas las religiones más importantes explican el mismo relato, pero usando nombres diferentes. Vienen todas del mismo origen: esta raza aria que parece haberse originado del cruce anunnaki – humano.
Lo que llamamos la raza judía también se originó en la región del Cáucaso y no en Israel. Las fuentes históricas y antropológicas han mostrado que sólo algunas de las personas conocidas como judías tienen alguna conexión genética con  Israel. En el siglo VIII un pueblo llamado los Jázaros, que vivía en los Montes Cáucasos y Rusia del sur, tuvo una conversión masiva a la religión judía. Después, cuando ese imperio se desmembró, estas mismas personas hicieron su camino al norte durante un período largo de tiempo, para instalarse en otras partes de Rusia, Lituania y Estonia. Desde allí entraron en Europa Occidental y al final en América.

Los fenicios y otros pueblos emigraron por tierra y mar. Dos de los grupos fueron llamados los Cimerios y los Escitas y a través de una serie de cambios de nombre poblaron Europa y se encontraron con los colonos arios más antiguos de Gran Bretaña y Europa del Norte, que fueron trasladados por los navegantes fenicios, que son muy importantes para la Historia. Los Cimerios emigraron al noroeste desde el Cáucaso y el Asia Menor (Turquía) hacia los países que ahora llamamos Bélgica, Países Bajos, Alemania y Dinamarca.
Los historiadores romanos, Plinio y Tácito, dijeron que todas las personas a lo largo de la costa, desde Países Bajos hasta Dinamarca, eran el mismo grupo étnico.  Y esto es apoyado por evidencia arqueológica que indica que este pueblo llegó a esa región alrededor de 300 a 250 a.C. Otro grupo de Cimerios viajó hacia arriba, por el río Danubio, entrando en  Hungría y Austria y llegando hasta Alemania del sur y Francia. Los romanos los llamaron Galos y los griegos los conocieron como los Keltoi o Celtas. Grupos de estas tribus celtas también se instalaron en Bohemia y Bavaria y otros invadieron Italia del norte.
Salustio, historiador romano, registró que los romanos fueron derrotados varias veces por los “Cimbrios“, quienes  se decía que eran Galos. Otros historiadores romanos dicen que los Cimbrios eran Celtas. Fueron divididos en tres tribus, los Belgae (Francia del noreste), los Galos (Francia central) y los Acquitanae (Francia del sur hasta los Montes Pirineos). En el siglo II a.C, los galos / celtas (los Cimerios blancos de los Montes Cáucasos y el Medio Oriente) ocuparon toda Europa central e Italia del norte y pasaron a conquistar todo ese país. Alrededor de 280 a.C se expandieron hacia el sur, hasta Asia Menor, y reocuparon las tierras de sus antepasados. Como el historiador Henry Rawlinson dijo: “Estas dos grandes invasiones de Asia Menor procedieron de la misma raza, llamada los Cimerios o los Galos.”.  Estos galos invasores se establecieron en un lugar llamado Frigia que se hizo conocido como Galatia y se suponía que fue a estas personas a las que San Pablo escribió la carta a los Gálatas del Nuevo Testamento. Los Cimerios o los Cimbrios también se establecieron en Gales y hasta el día de hoy el nombre para ese país en la lengua galesa es Cymru.

Los arios se expandieron  en Europa por mar y tierra bajo muchos nombres.  Y bajo el Imperio Británico se extendieron por distintas partes del mundo. Los Escitas, otro grupo ario, también migraron desde el norte del Cáucaso hacia Europa donde su nombre fue cambiado por los romanos para distinguirlos de otros pueblos. Los emblemas sagrados de los Escitas incluían la serpiente, el buey (Nimrod / Tauro), el fuego (el Sol, conocimiento), y Tho o Theo, el dios a quien los egipcios llamaron Pan. Los romanos llamaron a los Escitas los Sarmatae (Sármatas) y los Germani, de la palabra del latín Germanus, que quiere decir “genuino“. Los Escitas fueron conocidos, por lo tanto, como el “Pueblo Genuino” y por supuesto de Germani se pasa a germanos y Germany (Alemania). Este cambio de nombre es confirmado por los escritos del historiador romano Plinio y del griego Strabo.
Los Anglo-Sajones que invadieron Gran Bretaña también eran conocidos como Germani por los romanos. La región llamada Vieja Sajonia es Alemania del norte y Países Bajos de hoy en día. Tanto los Anglos como los Sajones vinieron desde el mismo origen genético – los Cimerios y Escitas blancos del Cáucaso y del Medio / Próximo Oriente. Es lo mismo con Guillermo el Conquistador y sus Normandos, las últimas personas en invadir Gran Bretaña en 1066 en la batalla de Hastings. Los términos Normando y Normandía se originan en Norse-men (hombres del Norte) o escandinavos,  porque vinieron desde Escandinavia para habitar esa región de Francia.
La historia del héroe escandinavo Odín, dice que vino de Asaland o Asaheim, que justo sucede que son las tierras de Escitia y pueden ser identificadas en la India aria. Desde allí, Odín condujo un ejército inmenso al norte para conquistar Suecia. Su ejército fue llamado los Svear y en sueco ese país todavía es llamado Sverige, la tierra de los Svear. Otro grupo de Escitas, que se hicieron conocidos como los Sakkas, fueron al Este desde el Cáucaso siguiendo el rastro de los arios más tempranos y alcanzaron las fronteras de China hacia el 175 a.C. Aproximadamente en este tiempo los registros chinos hablan de un pueblo llamado los Sai – wang o Sok – wang, que fueron forzados a huir de la India. Sok – wang significa “Príncipes de Sakka“. Los registros indican que éstos Sakka se retiraron al sur hacia India a través de los pasos de montaña de Afganistán. Y monedas fechadas alrededor de 100 a.C confirman que un reino Sakka fue creado en los valles superiores del Indo, entre Cachemira y Afganistán.

Otra vez no es una coincidencia que la religión del Budismo surgiese de tierras habitadas por los Sakka (arios Escitas). Al menos para el 500 a.C una tribu llamada los Sakyas vivió en el área donde se supone que Buda había nacido alrededor de 63 años antes. Gutama (Señor Buda) fue llamado Sakyashina, Sakamuni, el sabio Sakya, Sakya el maestro y el león de la tribu de Sakya. Todo esto es muy importante cuando consideramos un origen único de todas las religiones más importantes, y la mayoría de las menores, así como sus héroes. Los Escita / Sakka y los Cimerios / Cimbrios eran de hecho todos el mismo pueblo y esto es confirmado por las inscripciones anotadas en la roca de Behistun, en las montañas Zargos, sobre una vieja ruta de caravana procedentes de Babilonia.
Las inscripciones fueron ordenadas por Darío el Grande alrededor de 515 a.C y fueron escritas en tres lenguas: babilónica, elamita y persa. Siempre que las versiones elamita y persa dicen Sakka, la persas / babilonios usan el término Cimiri. Así que estos pueblos arios blancos bajo nombres diferentes, con su misma religión y héroes bajo nombres diferentes, se expandieron desde sus orígenes en el Cáucaso,  Medio Oriente  y Próximo Oriente,  y fueron por tierra hacia Europa, India y tan lejos como China. Y entre ellos estaban los descendientes de los “dioses” que lucharon y ganaron la supremacía para controlar el curso de los eventos como reyes, reinas, sacerdotes y jefes militares bajo el título colectivo que se llamo la Hermandad Babilónica.
Que los babilonios eran parte de la raza aria es confirmado por inscripciones y títulos antiguos. El Kassi o Cassi era un título usado primero por los fenicios alrededor de 3.000 a.C y  fue adoptado por los babilonios que gobernaban el imperio mesopotámico. Kassi también aparece como un nombre personal de fenicios en Egipto y Cassi fue la inspiración para los reyes dirigentes conocidos como Catti en la Gran Bretaña preromana, uno de los cuales acuñó monedas “Cas” presentando el Sol caballo y otros símbolos solares. Esta expansión aria empezó alrededor del 3.000 a.C, o probablemente antes, a través de su rama navegante: los fenicios.

Eran un pueblo tecnológicamente avanzado que ha sido marginado por la Historia oficial, lo cual ha oscurecido su verdadera identidad. Son fundamentales para comprender desde donde hemos venido y a donde vamos. Fueron ellos los que trajeron tanto sus linajes como sus conocimientos a Europa, Escandinavia y el Continente Americano, miles de años antes de Cristo. Su historia es narrada por L. A. Waddell en su libro “El Origen Fenicio de Britanos, Escoceses y Anglo – Sajones”. Waddell era un miembro del Instituto Antropológico Real y dedicó toda su vida investigando esta evidencia. Muestra que los fenicios no eran de una raza semita, como previamente se creía, sino una raza aria blanca. El examen de tumbas fenicias revela que eran una raza aria de cabeza larga y de un tipo racial totalmente diferente a los Semitas.
Los fenicios del mundo antiguo viajaron por mar desde sus bases en Asia Menor, Siria y Egipto para instalarse en las islas del Mediterráneo, como Creta y Chipre, y también Grecia e Italia. Fueron los fenicios los que trajeron los conocimientos que después surgieron como las civilizaciones Minoica, de Creta, Grecia clásica e Italia romana. Eran también los cerebros detrás de gran parte de la cultura egipcia en este período. Los egipcios conocían a los fenicios como los Panag, Panasa y Fenkha. Los griegos los llamaron los Phoinik-as, y para los romanos eran los Phoenic-es. Hay una razón simple de por que los egipcios retrataban a muchos de sus dioses con piel blanca y ojos azules de la misma manera como hicieron otras culturas en todo el mundo. Esta raza avanzada, llamada los fenicios, era de piel blanca y a menudo tenía ojos azules, igual que los descendientes de los “dioses”. Las razas escandinavas fueron descendientes de los fenicios y otros pueblos con la misma herencia genética.
Es también el origen de la idea de una raza superior aria que tanto obsesionaba a los Nazis y a las sociedades secretas que los crearon. Tenemos el caso del mítico Hiram Abif, miembro de  una sociedad secreta y el supuesto constructor del templo del Rey Salomón. Se supone que Abif fue un fenicio. El abuelo del famoso faraón egipcio Akenatón, el padre de Tutankamón, era un sumo sacerdote fenicio. El ave fénix, el ave mítica de Egipto, era de hecho el ave del Sol de los fenicios, el emblema del dios del Sol, Bil o Bel, y como ha sido simbolizado después: un pavo real o un águila. Los fenicios no solo estaban confinados en el Mediterráneo y el Medio Oriente. Desembarcaron en Gran Bretaña alrededor de 3.000 a.C e inconfundibles objetos fenicios han sido encontrados en Brasil, así como posibles restos egipcios en el Gran Cañón, en América. Los fenicios desembarcaron en el Continente Americano miles de años antes que el histórico viaje de Cristóbal Colón.

La razón de que las leyendas nativas del Continente Americano hablen de “dioses blancos” altos, que vinieron desde el mar trayendo conocimientos avanzados, es porque eso es lo que ocurrió. Eran la raza aria y de “dioses” anunnaki que llegaron al Continente Americano desde el Este hace miles de años. Era la misma raza aria y de “dioses” que los sumerios dijeron que les dieron su civilización después del Diluvio. Esto explica que los posteriores invasores blancos que siguieron a Colón estaban asombrados de descubrir que los pueblos nativos del continente americano tenían las mismas historias y mitos religiosos que ellos. Esto es perfectamente explicable ahora. Venían del mismo origen: la raza aria, conocida como los fenicios entre muchos otros nombres como sumerio e hitita, y dirigida por los “dioses” de Sumer.
También (según hemos expuesto en otros artículos) parece haber habido una importante presencia de los “dioses” anunnaki en el Continente Americano. Y existen evidencias de un conocimiento de la existencia  del Continente Americano desde tiempos remotos, como puede verse en mapas muy antiguos como el mapa Hadji Ahmed Portolan, compilado en 1519 d.C, y que dibuja el continente norteamericano conectando Alaska con Siberia. También hay un mapa que muestra una Antártida libre de hielo, con gran precisión. La llegada de los fenicios arios a Gran Bretaña también se corresponde con la construcción de los grandes círculos de piedra y observatorios como Stonehenge y Avebury en Wiltshire, aunque algunos investigadores creen que fueron construidos mucho antes. Los fenicios,  descendientes de los sumerios, tenían unos conocimientos muy desarrollados de astronomía, astrología, geometría sagrada, matemática y la red de líneas de fuerza magnética de la Tierra conocida como la cuadrícula de energía global.  Tenían todos los conocimientos necesarios para construir estas grandes estructuras.

L. A. Waddell dijo que encontró marcas sumerias en una de las piedras en Stonehenge. El Profesor Alexander Thom, Profesor de Ingeniería en la Universidad de Oxford, descubrió que los antiguos que construyeron Stonehenge conocían los principios geométricos y matemáticos Pitagóricos miles de años antes de que Pitágoras naciese. Thom explicó en su libro “Sitios Megalíticos en Gran Bretaña”, que las piedras no sólo formaban dibujos geométricos sino que también se alineaban a características del paisaje circundante y a las posiciones del Sol, la Luna y las estrellas prominentes en momentos determinados, particularmente en relación a la aparición  y puesta del Sol en el equinoccio o el solsticio, y cuando la Luna estaba en las posiciones extremas de su ciclo. ¡Era un reloj astronómico gigantesco!
Pero, además, es un receptor y transmisor de energía. La cuadrícula magnética de la Tierra consiste de líneas de energía magnética conocidas como las líneas de Ley o líneas del dragón para los chinos (ver otro artículo dedicado a este tema). Donde estas líneas se cruzan, la energía se mueve en espiral en un vórtice y donde muchas líneas se cruzan se tiene un enorme vórtice de energía. Éstos son los lugares de poder, los sitios sagrados de los antiguos que sabían de este sistema. El vórtice, o espiral, es una constante en todo el universo. Nuestra galaxia es una espiral, el agua se mueve en espiral hacia abajo, el pelo crece en una espiral en la coronilla, la molécula de ADN que lleva nuestro código genético es una espiral doble.
Brian Desborough,  un científico de California, afirma que hay un vórtice en una de las cuadrículas de la Tierra, llamada la cuadrícula de Hartmann, donde doce de estas líneas de fuerza se reúnen y bajan hacia el interior de la Tierra. Y este gigantesco vórtice está en Avebury, Inglaterra. Y este es el mismo lugar que los avanzados fenicio – sumerios eligieron para construir sus círculos de piedra hace al menos cinco mil años,  junto con una serie de sitios cercanos, incluyendo Silbury Hill, el mayor túmulo hecho por humanos en Europa. Éstos forman un tablero de circuitos en el núcleo de la cuadrícula de energía, que afecta fundamentalmente la naturaleza del campo magnético terrestre.

Avebury es un lugar increíblemente poderoso si se es sensible a la energía. Es también el área donde han aparecido la mayoría de los círculos en los cultivos (agroglifos). Aún más interesante es la conexión entre Avebury y el planeta Marte. Richard C. Hoagland, un conocido investigador, afirma que la supuesta “cara de Marte“, en la zona llamada Cydonia, y las pirámides que se vislumbran, son parte de una extensa área construida para alinearse con el amanecer en el solsticio de verano marciano hace 500.000 años, unos 50.000 años antes de la llegada estimada de los Anunaki a la Tierra.
Esto podría indicar que posiblemente la misma raza que construyó las estructuras en Cydonia, incluyendo pirámides, también construyó Stonehenge y Avebury. Hay pruebas de que Avebury podía ser una imagen del complejo en Cydonia. Cuando se toman mapas topográficos a la misma escala de ambos lugares y se superponen, la correlación de objetos y las distancias entre ellos son increíblemente similares. Hoagland también descubrió que esta “Ciudad de Marte” se construyó de acuerdo con las mismas leyes utilizadas para crear otros complejos similares en la Tierra. La misma matemática, alineaciones y geometría sagrada pueden ser encontradas en Cydonia y en las grandes estructuras del mundo antiguo, tales como Stonehenge, las pirámides en Gizeh, Teotihuacán y  Zimbabwe. Esta matemática concuerda con la geometría de la “Proporción Áurea” dibujada por Leonardo da Vinci, que era un iniciado y por esta razón fue capaz de anticipar diversas tecnologías, como las máquinas voladoras.
Otra enigmática constante es la latitud de 19,5 grados. Ésta es la latitud en que fueron edificadas las pirámides, los templos antiguos y otras estructuras sagradas. Es también la latitud en que sorprendentemente se encuentran los volcanes en Hawai, los volcanes Schild en Venus, el enorme volcán Monte Olimpo en Marte, la mancha oscura en Neptuno, la mancha roja en Júpiter y el área principal de actividad de manchas solares en el Sol. Todo esto encaja perfectamente, ya que las manchas solares son emisiones de la increíblemente poderosa energía electromagnética del Sol. Y los volcanes son algunas de las principales fuentes emisoras de energía de los planetas. No es sorprendente que la latitud de  19,5 grados sea el punto de intercambio de energía entre esferas que giran y esta claro que los antiguos lo sabían.  Los sumerios conocían la precesión de los equinoccios, o efecto peonza de la Tierra, que mueve el planeta lentamente sobre su eje, de modo que va apuntando a lo largo de los milenios a las distintas zonas del zodíaco.

Los sumerios sabían que la Tierra empleaba 2.160 años el moverse a través de cada “casa” del zodíaco y unos 25.920 años para terminar el ciclo completo del zodíaco. Y este es también el periodo que emplea todo el sistema solar en completar su viaje alrededor del centro galáctico. Actualmente está finalizando el  ciclo completo del sistema solar, por lo que podría preverse algún cambio. Los templos antiguos que se encuentran en todo el mundo reflejan estos ciclos de precesión en su geometría, lo cual es realmente asombroso. La élite de los fenicio – arios tenía conocimientos enormes sobre la cuadrícula de energía de la Tierra y su potencial para afectar a la mente humana. Después de todo, vivimos dentro del campo magnético del planeta. Y cuando cambia, cambiamos nosotros.
Muy probablemente la Hermandad Babilónica haya intentado mantener ocultos todos estos conocimientos. Pero los círculos de piedra y las construcciones misteriosas son claras muestras de lo que estamos explicando. La evidencia sugiere que fueron construidos por los fenicios-arios que vinieron desde el Próximo Oriente. Y lo mismo ocurre con los enigmáticos caballos blancos grabados en las laderas de montañas en Gran Bretaña. El caballo blanco antiguo más famoso de Gran Bretaña está en Uffington, Wiltshire, no lejos de Avebury. Y su fecha de construcción fue aproximadamente el 3.000 a.C, la época en que los fenicios llegaron a las Islas Británicas. Mientras los fenicios estaban en Gran Bretaña parece que se construyeron las pirámides en Gizeh, en Egipto,  datadas alrededor del 3.000 a.C según los métodos de datación por C-14.

Pero, ¿por qué los fenicios grabaron caballos blancos en las laderas de Gran Bretaña?. Porque su religión estaba orientada al  Sol y el caballo blanco era el símbolo fenicio del Sol. Los grandes círculos de la piedra y estructuras en toda Gran Bretaña, como Stonehenge y Avebury, fueron construidos en base a los conocimientos de las clases dirigentes y sacerdotales de los fenicios y de la Hermandad Babilónica que controló el liderazgo ario. Estos conocimientos incluían la habilidad de usar sonidos y otras técnicas avanzadas para crear un campo magnético alrededor de una piedra pesada y eliminar la ley de la gravedad, volviéndola. ingrávida.
Los arios del Próximo y Medio Oriente tuvieron distintos nombres, tales como hititas, fenicios, godos, etc. Se pueden trazar palabras y nombres a través de estas culturas aparentemente diferentes para mostrar que tienen un origen común. Algunos de los círculos de piedra son a veces llamados Piedras – Hare que, de acuerdo con la investigación de L. A. Waddell, evolucionaron desde Harri o Heria, el título de los godos dirigentes (y también curiosamente piedra en euskera), y del título hitita de Harri, Arri o Ario. Esto indicaría que Piedras – Hare son piedras Arias.
Hari Krishna significa Krishna Ario, que está en línea con el hecho de que la religión hindú fue creada por los arios. Y también tenemos el círculo de piedra Castlerigg, cerca de Keswick, en Cumberland. La palabra “rig” era un título para reyes y príncipes Góticos y el Gótico vino de los arios. En las representaciones antiguas de reyes arios en Cilicia los vemos usando el estilo gótico en sus vestidos. El nombre de Keswick mismo significa “Morada de los Kes“,  el clan de Cassi o Khatti de los hititas, y el condado de Cumberland ha evolucionado a través de nombres como Cymry y Cumbers desde su origen: Sumer. El término ario viene de una palabra fenicia Arri, que significa “el noble“. De ahí obtenemos los nombres Sum – ARIAN y la denominación de aristocracia o ARIANstock – racia.

El león ha sido siempre un símbolo muy importante porque era un símbolo ario para el Sol y a menudo fue puesto en las entradas a templos y lugares sagrados. De aquí la esfinge con cuerpo de león,  que también se relaciona con el signo astrológico de Leo, considerado en astrología como el signo gobernado por el Sol. La fundación de la cultura británica procedía de los fenicios. La famosa leyenda de San Jorge y el Dragón, también importante en Catalunya, viene de San Jorge de Cappadocia, el centro fenicio en Asia Menor. Las batallas entre San Jorge y el dragón bien podrían haber sido simbólicas de conflictos con los anunnaki,  que parecen remontarse muy atrás en el tiempo. La cruz roja de San Jorge, en Inglaterra, las cruces de San Andrés, en Escocia, San Patricio, en Irlanda, y las insignias de Escandinavia, fueron todas llevadas como estandartes sagrados por los fenicios. La cruz roja era la cruz de fuego, un símbolo fenicio – ario para el Sol, como lo era la esvástica, que posteriormente utilizaron los Nazis.
Pede verse una esvástica en una piedra dedicada al dios Sol fenicio Bel, que fue encontrada en Craig – Narget, en Escocia,  y fue empleada para decorar las sotanas de sus sacerdotisas. El nombre de esvástica viene de la palabra sánscrita, svasti, que significa bienestar, y fue considerado un símbolo positivo hasta que los Nazis la giraron y la convirtieron en un símbolo de muerte. L. A. Waddell identificó las marcas en otra piedra, la Newton Stone,  en la región de Dumfries y Galloway, en Escocia, como fenicias – hititas y dedicada a su dios del Sol, Bel o Bil. Y el símbolo británico clásico de Britannia viene de la diosa fenicia Barati.
Uno de los centros más importantes de los arios hititas – fenicios era Cilicia, en Asia Menor, en donde la diosa Barati fue venerada como Perathea y después como Diana, lo que significa que Diana y Britannia tienen el mismo origen. Barati era la figura de la reina / diosa de los fenicios mientras Barat era el dios / rey. Éstos son posiblemente los nombres fenicios para las deidades babilónicas Nimrod y Semíramis. A la élite real de los arios se les llamaba los Barats y esta es la razón por la que se encuentra el término Barat o Brihat  tanto en la cultura hindú antigua como en Gran Bretaña (Barat – ain y Barat – ish).

Los Vedas hindúes dicen que “El Rey Barat dio su nombre a la raza dinástica de la que era el fundador; y así es de él que la fama de ese pueblo dinástico se difundió ampliamente.” Parat, Prat y Prydi, son algunos de los otros derivados de Barat. La forma original era Barat – ana o Brithad – ana. El sufijo ana en hitita – sumerio (ario) significa uno. Ana se transformó en la palabra inglesa “one” (uno) y la escocesa “ane“. Barat ana o britano por lo tanto significa “Uno de los Barats“. Y ocurre lo mismo en muchos otros países ocupados por esta raza blanca. El nombre de Irán viene del más temprano Airy – Ana o Airan, que significa “Tierra de los Arryas o Arios”.
Los Vedas indios también reconocen la diosa Barati, que era conocida como Brihad la Divina. Dicen estaba en el río Saras – vati, que es el moderno río Sarus en la región hitita – fenicia de Cilicia. El río desembocaba en el mar en Tarso, el supuesto hogar de San Pablo, según el Nuevo Testamento, una obra escrita según los mitos del Sol arios. También estos fenicios / arios veneraron la serpiente y los reptiles que cambian de forma llamados Nagas, que eran los dioses serpiente de los Hindúes. Los Vedas, inspirados por los arios, explican como los Nagas podían causar daño y muerte inmediata.
El nombre romano para Barati era Fortuna, por su leyenda como la diosa de la fortuna. Representaban la fortuna del mismo modo como los fenicios simbolizaban Barati y los británicos lo hacen con Britannia. Todas fueron asociadas al agua, tal como sería de esperar  viniendo de un pueblo marinero como los fenicios. Los egipcios también tenían una diosa llamada Birth, la diosa de las aguas, que era una versión de Barati, porque los ario – fenicios fundaron Egipto. Alrededor del 680 a.C, Birth fue descrita por un emperador babilónico como “una diosa fenicia al otro lado del mar“.  En Creta, otro centro fenicio bajo el título “Minoico“, tenían una diosa llamada Brito – Martis. Era una diosa fenicia según la mitología griega y romana (o sea, Barati) y la hija divina de Phoenix, el rey de Fenicia. Brito – Martis fue identificada con la diosa Diana, una deidad principal del mundo antiguo y, como ella, era considerada la diosa de la caza. La diosa fenicia Barati y el símbolo británico de Britannia son la misma deidad y nombres alternativos para la Reina Semíramis, en Babilonia, e Isis, en Egipto.

Los reyes británicos antiguos se llamaban los “Catti“.  Y esto aparece en sus monedas. Los hititas arios de Asia Menor y Siria – Fenicia se llamaban a sí mismos los Catti o los Khatti. La raza de arios que dejó el Cáucaso para gobernar India era conocida como los Khattiyo. El término Khatti evolucionó al término hitita en el Antiguo Testamento. Kassi o Cassi era el título utilizado por la primera dinastía fenicia alrededor del 3.000 a.C y fue adoptado por la dinastía babilónica. No es sorprendente, ya que eran diferentes ramas del mismo pueblo. Las antiguas listas de reyes de la epopeya hindú contienen algunos nombres que figuran en las listas de reyes mesopotámicas. Y los civilizadores predinásticos de Egipto también resultaron ser de raza aria.
Como L. A. Waddell indica, las lenguas inglesa, escocesa, irlandesa, gaélica, galesas, góticas y anglosajona y la familia entera de lenguas arias, derivan de la lengua fenicia aria vía el hitita y el sumerio. Aproximadamente la mitad de las palabras más comunes usadas en el inglés actual son de origen sumerio, chipriota o hitita, con el mismo sonido y significado. El sumerio, la lengua de los “dioses”, es el idioma padre postdiluviano para la mayor parte del mundo, aunque parece que su origen se pierde en las brumas de la Historia, tal vez en la Atlántida o en la zona llamada actualmente Islas Británicas. Como Waddell dice: “Yo había reconocido que las varias escrituras antiguas halladas en o cerca de las antiguas colonias de los fenicios, y aquellas conocidas como chipriota, cario, arameo o sirio, licio, lidio, corintio, jonio, cretense o “minoico”, pelágico, frigio, capadocio, cilicio, tebano, libio, celta – íbero, runas góticas etc., eran todas realmente variaciones locales de la escritura normal aria hitito – sumeria de los marineros fenicios arios, esos antiguos pioneros esparcidores de la civilización hitita a lo largo de las orillas del Mediterráneo y afuera más allá de los pilares de Hércules hasta las Islas Británicas.”
La Historia oficial nos dice que los pueblos de Gran Bretaña eran salvajes  y que fueron civilizados cuando llegaron  los romanos. Esto no es cierto y de hecho los romanos afirmaron lo contrario. Los registros romanos dicen que los britanos eran civilizados y sus costumbres parecidas a las de los galos. Y era lógico que así fuera,  ya  que ambos pueblos tenían un origen común. Los britanos usaban monedas de oro y había comercio con el continente europeo, como las monedas británicas encontradas han confirmado. Fueron sólo los pueblos del interior de Gran Bretaña, todavía no influenciados por la cultura fenicia, a los que los romanos consideraron como salvajes.

Muchos de los caminos considerados como romanos,  no fueron construidos por ellos, sino que eran caminos preromanos, que ellos repararon. Los romanos admiraban la eficiencia de los ejércitos británicos, particularmente su uso de las cuadrigas de guerra. Y estas famosas cuadrigas británicas eran las mismas que las utilizadas por los hititas o los Catti, tal como describió el faraón egipcio Ramsés II, en 1.295 a.C, después de la batalla de Kadesh, un puerto hitita – fenicio. Alrededor del 350 a.C, tres siglos antes de que los romanos llegaran, el explorador y científico Pitias  navegó alrededor de Gran Bretaña y trazó un mapa de la región.
Para ese tiempo los fenicios habían organizado el comercio del estaño, desde sus minas en Cornualles en el oeste de Inglaterra, a través de Galia  (Francia), hacia Marsella, desde donde era llevado por mar a las tierras del Mediterráneo y del Egeo. El primer puerto fenicio de estaño en Cornualles era Ictis o Monte de San Miguel. San Miguel, uno de los grandes héroes del Cristianismo, era en verdad una deidad fenicia. Hay muchas evidencias de la antigua conexión entre las Islas Británicas e Irlanda y la cultura del Norte de África y del Próximo Oriente. La mejor manera de seguir el rastro de las culturas es siguiendo sus lenguajes.
La lengua irlandesa actual es el inglés, que reemplazó al gaélico y el  mismo gaélico evolucionó desde una lengua más antigua, de la que se ha perdido el rastro. Los misioneros que hablaban Gaélico en la Edad Media tenían que usar intérpretes para comunicarse con los Pictos, el pueblo antiguo de lo que hoy es Escocia.  Y Cormac, un rey irlandés que hablaba gaélico en el siglo IX, se refiere al idioma de los habitantes de Munster, en Irlanda suroccidental, como el “lenguaje de hierro“. Pero el gaélico nos conecta con el Medio Oriente. En Conamara, en el oeste de Irlanda, hay una comunidad que todavía habla gaélico como su primera lengua. Su canto sean – nos (estilo viejo), la base de toda la música irlandesa, es asombrosamente similar a las canciones originarias del Medio Oriente. Incluso oídos entrenados encuentran casi imposible distinguir entre los cantos  gaélicos y los libios. Charles Acton, el crítico de música del Irish Times, escribió: “Si uno escucha en el desierto a árabes beduinos cantando épicas narrativas y luego regresa a Irlanda y escucha un fino cantante sean – nos, uno encuentra un parecido inexplicable. Así, también, si uno escucha el “cante jondo” español.”

En los tiempos antiguos había rutas de comercio marítimas muy importantes entre Irlanda y España y entre España y el Norte de África,  a través de las que se transmitieron conocimientos y cultura. El Arco Español en Galway, en el oeste de Irlanda, conmemora este hecho, así como también lo hace el baile de Conamara conocido como “the battering“, que es prácticamente igual que el baile flamenco español. El baile del palo de los Mummers de Wexford, en Irlanda, es de origen Norteafricano. Y la palabra “Mummer” viene sorprendentemente de Mahometano. El símbolo musical irlandés, el arpa, vino del Norte de África.  Y también lo hizo el nombre de ese otro símbolo clásico de Irlanda, el trébol (shamrock). Cualquier planta de tres hojas es conocida en Egipto como un shamrukh. Las cuentas del rosario, el símbolo de los católicos, vienen desde el Medio Oriente y todavía son usadas por los egipcios. La palabra “nun” (monja) es egipcia y sus vestimentas son del Medio Oriente.
De acuerdo con Arbois de Juvainville, el escritor de “Cours de literature Celtique”, los irlandeses eran conocidos como los “Egipcios” en la Edad Media. Hay conexiones obvias entre los libros irlandeses y los egipcios. Empleaban los mismos estilos de ilustración y los colores usados en el libro Irlandés de Kells y el libro de Durrow son de origen Mediterráneo. El rojo usado en estos libros viene de un insecto del Mediterráneo, el Kermococcus vermilio, y de una planta del Mediterráneo, la Crozophora tinctoria. La pose de brazos cruzados de muchas representaciones egipcias de su dios Osiris  puede ser también observada en los manuscritos irlandeses. Los suéteres irlandeses, hechos en la isla de Arran, utilizan diseños que les dieron monjes coptos egipcios.
El grupo sanguíneo principal de la isla de Arran (¿ario?) es diferente del de la mayoría de la población irlandesa. La antigua embarcación de vela irlandesa llamada pucan fue inventada por los norteafricanos y fue utilizada para navegar por el Nilo. Excavaciones en Navan Fort, cerca de la Ciudad de Armagh, encontraron restos del simio Barbary, que se calcula vivió hacia el 500 a.C y que hoy sobrevive en Gibraltar. Pero su hogar alrededor del 500 a.C era el Norte de África. Los Piel de Dragóncurioso nombre!), mercenarios libios, se creía que habían llegado en gran número a Irlanda hace unos 2.000 años. En el siglo segundo de nuestra era, el geógrafo Ptolomeo, que vivió en Alejandría, podía nombrar dieciséis tribus en Irlanda. El deporte irlandés del hurling es una imitación del juego llamado Takourt, en Marruecos.

El ritual irlandés estaba centrado en el Sol, como todas las culturas inspiradas por los fenicios – arios. El túmulo de tierra en Newgrange, en Irlanda, tiene un pasillo angosto de unos 19 metros, que está alineado perfectamente con el Sol cuando sale el 21 de diciembre, durante el solsticio de invierno, en el que la dorada luz del sol ilumina el pasillo y la cámara situada en el centro. Las misteriosas torres redondas de Irlanda son, de acuerdo con algunos expertos, de origen fenicio.  Parece claro que los fenicios vinieron desde el Medio y el Próximo Oriente, uno de los centros anunnaki. Y según el profesor Phillip Calahan, las torres redondas están alineadas con sistemas de estrellas en el cielo del hemisferio norte, especialmente la constelación Draco.
Las conexiones entre Irlanda y los berberiscos de Marruecos merecen una especial atención. Son un pueblo de montaña de piel clara y bastantes de sus individuos tienen ojos azules y  cabello rubio. Están relacionados con los Montes Atlas, que a su vez están vinculados con la Atlántida, que debe su nombre a Atlas, hijo de Poseidón, el legendario gobernante de Atlántida,. El arte beréber tiene muchas semejanzas con el arte irlandés y alguien que hablara gaélico podría comprender la lengua berebere. Los principales clanes beréberes como M’Tir, M’Tuga y M’Ghill, son los equivalentes a los irlandeses y escoceses MacTier, MacDougal y MacGhill. El término Mac significa “hijo de” y los bereberes usan el término Bini, como en Bini M’Tir, que significa lo mismo. Los misioneros que exploraron las regiones de los berberiscos vieron que usaban gaitas, como lo hacen los irlandeses, escoceses o gallegos.
Los antiguos invasores de Irlanda eran conocidos como los hombres con las bolsas de cuero. Un tambor de piel de cabra irlandés encontrado en Kerry es un equivalente del tambor marroquí, el bindir. El violín y la guitarra también se originan en Norte de África. El ala vikinga de los arios invadió Irlanda y fundó muchos pueblos, incluyendo la actual capital: Dublín. Pero, sorprendentemente, la famosa galera vikinga con las elevadas proa y popa era un diseño fenicio usado por los egipcios. Las esculturas de roca en Newgrange parecen representar este diseño miles de años antes. El nombre de Idris es bien conocido en Gales y los santos y reyes de los Musulmanes han sido llamados Idris por siglos.
En el Museo Británico hay una moneda musulmana, un dinar de oro, que tiene estampado el nombre de “Offa“. Offa era el Rey de Mercia, en Inglaterra, durante el siglo VIII. Y se dice que él construyó el muro de tierra de 193 km entre Inglaterra y Gales,  conocida como la Escollera de Offa. El nombre Gales viene de “Weallas“, que significa “Tierra de Extranjeros”. Los galeses, como los irlandeses, exploraron las aguas de Islandia antes que los Vikingos y se dice que el galés Príncipe Madoc se internó en tierras de América tres siglos antes de Colón. Eso es muy posible porque si tenía acceso a los conocimientos de los fenicios, habría tenido noticias del Continente Americano. El venerable Bede de Cymbri  dijo que eran un pueblo oriental que emigró, después del Diluvio, desde las regiones referenciadas en la Biblia a las Islas Británicas.

Cuando los irlandeses se instalaron en partes de Gales y Cornualles, algunos de los pueblos desplazados se trasladaron a Armorica, ahora la Bretaña francesa, en donde se encuentra Carnac, el bosque fantástico de piedras erguidas, y cuyo nombre viene de Karnac, en Egipto. La lengua bretona es una mezcla de las antiguas lenguas de Gales y Cornualles. Brittany significa “Pequeña Bretaña” y se relaciona con Barat y Barati. Amorica significa “tierra mirando hacia el mar“, una descripción perfecta de América al acercarse desde el Atlántico. Éste es seguramente el verdadero origen del nombre América, y no Américo Vespucio, el explorador de Florencia que trabajó para Cristóbal Colón. La Isla de Man también estaba habitada por los arios irlandeses y se convirtió en una tierra sagrada. Junto con Anglesea, en el Norte de Gales, era uno de los lugares donde los druidas Arch tenían sus bases. Éstos eran los miembros más altos de la antigua clase sacerdotal druida, que heredaron sus conocimientos de los fenicios y  de la Hermandad Babilónica.
El símbolo de tres piernas de la Isla de Man es similar a ese antiguo símbolo fenicio para el Sol: la esvástica. También han sido identificadas conexiones irlandesas con Etiopía. Un investigador estadounidense, Winthrop Palmer Boswell, escribió un libro llamado “Magos irlandeses en los bosques de Etiopía” en los que mostró las semejanzas entre cuentos populares irlandeses y etíopes. El árbol de baobab es tenido en gran reverencia por etíopes y berberiscos y “Banba” es un antiguo nombre para Irlanda. Esta reverencia por árboles en el Norte de África fue expresada en las Islas Británicas y Europa por los druidas y la raza de gigantes o Titanes, el hibrido anunnaki – humano del antiguo Próximo Oriente, que fueron simbolizados a menudo como árboles, debido a su altura.
En su libro de 1833 “Irlanda Fenicia”, Joachim de Villeneuve, insistió en que druidas irlandeses eran los “sacerdotes de la serpiente” de los marineros fenicios. Esto ciertamente explicaría el origen del Balor del Ojo Malvado, la versión irlandesa del dios norteafricano Baal, y la celebración en mayo del ritual de Baal o Beltane. El Ojo Malvado se relaciona con la mirada fija hipnótica de los reptiles. El dios del Sol de los fenicios era Bel o Bil y se hizo conocido por los Canaanitas y babilonios como Baal,  después Nimrod. Los druidas se hicieron los portadores de la tradición de la escuela de misterios en Gran Bretaña, Irlanda y Francia o Britania, Eire y Galia, y algunos de ellos se volvieron profundamente corruptos por la influencia de la Hermandad Babilónica, que estableció el control del sacerdocio ario a medida que pasaron los siglos.

El origen de la palabra druida no esta claro. Una palabra Gaélica, druidh, significa “un hombre sabio” o un “hechicero“, pero puede venir de la palabra irlandesa Drui, que significa “hombres de los árboles de roble” (aquí podríamos ver una relación con los Vascos).  Los misterios Druídicos eran enseñados en la oscuridad de cuevas, bosques y arboledas, con el árbol de roble simbolizando a su Deidad Suprema. No veneraban propiamente al árbol de roble, sino que solo era un símbolo y todo lo que crecía sobre él, como el muérdago, se hizo sagrado. El arbusto de acebo era otro símbolo sagrado de los druidas y de esto es donde obtenemos el nombre Hollywood  (madera sagrada), en Los Angeles, el centro de la industria del cine, que se dice fue creado por iniciados modernos de la Hermandad Babilónica. Y Hollywood es de hecho un lugar productor de magia cuando influye en la percepción de la humanidad sobre sí misma y con respecto al mundo que nos rodea.
Los druidas sabían sobre astrología y astronomía y celebraban el nacimiento del Sol el 25 de diciembre. La Luna era también muy importante para ellos. Particularmente sagrada era la noche de la Luna nueva o la de Luna llena. Como con los grados de la Masonería moderna, los iniciados druidas eran divididos en tres grupos. Las enseñanzas dadas en las arboledas del bosque  o en los templos Masónicos actuales  son muy similares. El primer nivel de la escuela druida era el Ovate, que  se vestía de color verde, el color druídico para el aprendizaje. El segundo era el Bard, que usaba el azul celeste, como representación de la armonía y la verdad. Estos iniciados tenían que memorizar algunos de los 20.000 versos de la poesía druídica, en la que estaban codificados los misterios. El tercero, el druida, se vestía con una túnica blanca, un color que simboliza la pureza y el Sol. Para hacerse un Arch-druida, un maestro espiritual, se  tenían que pasar seis niveles.
Los druidas tuvieron poder total sobre la población durante mucho tiempo y algunos rituales terribles se pusieron al descubierto cuando su red de escuelas de misterios fue infiltrada por la Hermandad Babilónica. El código moral básico fue enseñado a todas las personas, pero los conocimientos secretos eran, como en todas estas sociedades, mantenidos solo para los iniciados, bajo el secreto más estricto. Eliphas Levi, el famoso esotérico, dijo de sus métodos de curar: “Los druidas eran sacerdotes y médicos, curando por magnetismo…. Sus remedios universales eran muérdago y huevos de serpiente, porque estas sustancias atraen la luz astral en una manera especial. La solemnidad con la que el muérdago era cortado atrajo sobre esta planta la confianza popular y lo hizo poderosamente magnético.”.

Los druidas, como otras religiones de misterios, eran portadores de conocimientos avanzados que han sido ocultados a la gente corriente. Y algunos de ellos los usaron para finalidades negativas. Lo cual no quiere decir que todos los druidas utilizaran sus poderes para el mal, ya que los mismos conocimientos pueden ser usados con propósito bueno o malévolo. Pero no hay duda de que la religión druídica fue infiltrada y empezó a manifestar los rituales y comportamiento de la Hermandad  Babilónica, incluyendo sacrificios humanos. Y todo parece indicar que la Hermandad todavía utiliza rituales druídicos en sus ceremonias de magia negra.
Hay muchas evidencias de la conexión entre el Medio y Próximo Oriente con las Islas Británicas e Irlanda, ya que se pueden seguir bastante fácilmente las migraciones de pueblos, conocimientos, cultura, lengua, deidades, símbolos y rituales. Y una pregunta que surge automáticamente es si todas estas migraciones entre estas dos áreas del mundo se produjeron por primera vez  alrededor del 3.000 a.C o si, en un pasado más remoto, estas migraciones habrían ido en la dirección contraria. ¿Podría ser que los orígenes de las culturas del Medio y Próximo Oriente se hubieran basado en las que hubieron en  las Islas Británicas y Europa, y que, después del 3.000 a.C, retornaron a Gran Bretaña desde el Oriente? Si las Islas Británicas y partes de Europa fueron gravemente afectadas por catástrofes, tal vez hubo un movimiento masivo de una raza avanzada hacia tierras más seguras, particularmente en el Próximo Oriente.
Parece que Londres se hizo el epicentro de las operaciones de la Hermandad Babilónica debido a los fuertes campos de energía en estas tierras. Las Islas Británicas son un lugar realmente sagrado para la Hermandad porque es un centro muy importante de la cuadrícula de energía de la Tierra. No es casualidad la existencia de una mayor concentración de círculos de piedra, piedras erguidas, túmulos, etc. en áreas de Gran Bretaña que en otros lugares del mundo. Los que saben cómo manipular la energía, tratarían de basar sus actividades en el centro de la cuadrícula de energía planetaria. Y, como hemos dicho, Londres es también un sitio muy importante en la cuadrícula magnética de la Tierra, por lo que se convirtió no solo en la capital de Gran Bretaña o Barat – landia,  sino también de la Hermandad Babilónica. Todo parece indicar que para ellos es su Nueva Troya o Nueva Babilonia.
La ciudad de Troya, en Asia Menor, famosa por sus mitológicas guerras y por la leyenda del caballo de madera, era otro centro ario. Fue la antigua capital de los hititas y muchos de los linajes arios parece que estaban basados en dicha ciudad, que se conocía como un lugar sagrado para los niveles superiores de las redes de sociedades secretas, conscientes de sus verdaderos orígenes. Troya o Troia significa “Tres lugares” en griego y hebreo, una alusión a la trinidad, otra creencia que el Cristianismo ha tomado del mundo antiguo. En inglés, Troya o Troia es Trípoli,  curiosamente el nombre de la capital actual de Libia.

En la epopeya de la Ilíada, que se cree fue escrita por el poeta griego Homero, se dice que Troya fue fundada por Dárdano, el hijo del dios griego Zeus, que era un Titán (gigante). Zeus fue representado como un águila o como una serpiente. Se dijo que había nacido en Arcadia, Esparta, y después de la Guerra de Troya muchos espartanos emigraron hacia lo que ahora es Francia. Términos como “Nueva Troya“, por lo tanto, se relacionan con centros para los descendientes de estos linajes. Y Londres fue fundada como la “Nueva Troya“. Después de la destrucción de Troya, alrededor del 1.200 a.C, la Historia explica que Eneas, nacido de un linaje real, huyó con los restos de su pueblo y se instaló en Italia. Allí se casó con la hija de Latinus, el rey de los Latinos, que posteriormente fue el origen del Imperio Romano.
De acuerdo con muchas tradiciones, el nieto de Eneas, llamado Brutus, desembarcó en Gran Bretaña, alrededor de 1.103 a.C, con un grupo de Troyanos, incluyendo algunos procedentes de las colonias en España. Ellos se refirieron a Gran Bretaña como la “Gran Isla Blanca” por los despeñaderos blancos que abundaban sobre la costa de sur. En el sur oeste de Inglaterra está el pueblo de Totnes on Devon, a corta distancia de Torbay, el puerto marítimo más antiguo de la zona. Allí encontramos una piedra llamada Brutus Stone sobre la cuál, dice la leyenda, el ex príncipe troyano estuvo de pie después de que desembarcó. Los registros galeses dicen que Brutus fue recibido por tres tribus de britanos que lo declararon rey.

Brutus fundó una ciudad que llamó “Caer Troia” o  Nueva Troya. Los romanos la llamarían posteriormente Londinium. Londres se convirtió en el centro de operaciones del imperio de la Hermandad Babilónica. En las historias del Rey Arturo, Londres o Nueva Troya, es Troynavant, la ciudad oriental del Rey Arturo.  Y la Camelot del Rey Arturo aparentemente significa Ciudad de Marte. Los restos descubiertos por el arqueólogo alemán, Heinrich Schliemann, en la Troya antigua, tenían muchas de las marcas encontradas sobre piedras megalíticas británicas. También estaban decoradas con la esvástica, el símbolo fenicio – ario del Sol. Otra vez eran el mismo pueblo. Todos los pueblos blancos lo son y es la raza blanca la que hasta ahora ha dominado el mundo. Sólo hay que echar una ojeada y ver que el poder mundial está, directa o indirectamente, en manos de gente de raza blanca. Y dentro de esta raza, remontándose en la antigüedad, todo parece indicar que los que dominan el mundo son los de linaje ario, que en última instancia, aunque pueda parecer pura fantasía,  proceden de los anunnaki y de sus cruces con humanos.

domingo, 12 de diciembre de 2010 en 9:59

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