El Farolero


"El farolero" 

Mi té ya está casi listo y el sol ha dejado el cielo
Es momento de acercarme a la ventana para ver a Leerie

Para todas las noches frente a ella a la hora de tomar el té, antes de que yo pueda tomar asiento
Con su linterna y su escalera el viene caminando por las calles.

Ahora Tom podría ser un conductor y María podría irse a la mar,
Y mi papá puede ser un banquero, tan rico como quiera ser
Pero cuando yo esté fuerte, y pueda escoger lo que quiero ser

¡Oh Leerie! Daremos vueltas en la noche y prenderé las lámparas contigo


Somos muy afortunados de tener una lámpara delante de la puerta
Porque Leerie se detiene a prender esta luz y muchas más.

Y ¡oh! Antes de que subas rápidamente en tu escalera y prendas la luz
Oh Leerie verás a un niño pequeño asintiéndote con la cabeza.

Robert Louis Stevenson.



*Robert Louis Stevenson fue un novelista, escritor y ensayista escocés muy famoso. Sus obras más conocidas podrían ser El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde y El club de los suicidas entre muchas otras, pero una faceta artística de él ha sido opacada en este continente a raíz de la publicidad excesiva a solo un sector de su obra.

Stevenson fue un niño de salud débil, era un pequeño muy enfermizo. Sus padres se vieron en la necesidad de contratar una nana para que lo cuidara durante todo el día, “Cummy” era el nombre de esta niñera que fue la culpable de arraigar en la mente de aquel niño un sin fin de historias, algunas fantásticas, algunas oscuras, y otras más repletas de imaginación.  Con todos los recuerdos de su niñez y su niñera por supuesto Stevenson escribió una obra para niños, que aun en la actualidad es aun una lectura “obligatoria” para los niños en algunos países europeos. El libro “Jardín de Versos para Niños” contiene 65 poemas infantiles y en español la última re edición  ha sido publicada por la editorial Hiperiòn en el año 2001 e ilustrado con las creaciones fantásticas de Jessie Willcox Smith, quien fue una de las mejores ilustradoras de cuentos infantiles en el mundo editorial. Este libro es un clásico infantil pues muestra una cara distinta de Stevenson, la de un niño enfermo y postrado en la cama al que nada le impide tener una capacidad imaginativa que ya quisieran muchos adultos. Un niño capaz de crear mundos a pesar de su debilidad.

El farolero es sin duda uno de mis favoritos pues el pequeño Stevenson no quería ver el mar, ser bombero, ser conductor, ni ser un rico y acaudalado banquero, él quería ser farolero y regalarle luz a esas noches oscuras que seguramente vivió tanto tiempo del otro lado de la ventana…



Ojala puedan encontrarlo para compartirlo con sus hijos y regalarles más que un libro, la capacidad de imaginar…

domingo, 22 de enero de 2012 en 0:24

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